El proyecto de Alejandro fue todo un reto para nosotras. Él es un chico joven que vivía solo, muy ordenado, minimalista y con una casa impersonal completamente, que bien podía pasar por cualquier espacio de un hotel. Alejandro quería terminar de decorar el salón y comprar el mobiliario que por indecisión y falta de tiempo había dejado aparcado durante años.
Nuestra primera impresión fue la de un espacio triste, apagado, sin luz. Por lo que nuestro objetivo principal fue la LUZ. Dar vida y alegría a su salón buscando esa sensación de calidez y de actualidad.
Nos centramos en un diseño fresco y alegre con un color predominante, el amarillo, como si de la estrella invitada más brillante se tratara. Las paredes se pintaron de blanco.
Adquirimos el mobiliario completo menos el sofá y el mueble de la TV que se mantuvieron.
Como focos de atención en el espacio quisimos destacar el vinilo a medida, exclusivo para Alejandro, ubicado en la pared del salón y la preciosa zona de comedor con una lámpara de varillas metálicas y dos cuadros que dan vida a ese rinconcito. El cambio fue increíble, sobre todo en las sensaciones que transmite ahora el salón.
Otro elemento muy significativo que se introdujo en este proyecto fue el olor. Colocamos velas aromáticas que nos evocaban masculinidad y dulzura a la vez. Las velas fueron un secretito, exclusivas para nuestro cliente.
Muy contento con el resultado final del proyecto, han sabido plasmar perfectamente las ideas que tenía en mi cabeza y no sabía cómo llevarlas a cabo, gracias a la pasión y dedicación que ponen en su trabajo.
